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Sé mi Aliento

… la vida no se mide
por el tiempo que respiras,
sino por los momentos
que te dejan sin aliento.
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Sé mi aliento, sé mi vida,
quema el tiempo con tu vida,
con tu aliento, con tus sueños,
y que el calor de tus besos,
vuelva eterno ese momento,
y haga brillar tu mirada
con el fuego de la mía.
Sé mi aliento, sé mi vida,
respírate entre mis besos,
fundiendo arenas y tiempo,
entre tu alma y la mía.

Beber tus Labios

Bebo de tus labios,
hechizo de luna,
por saciar la sed
de soñarte tanto.

Y al beberte siento
que se para el tiempo,
que el aire no basta
para respirar.

Y respiro tu vida,
y respiro tu risa,
y respiro el calor
que recorre tu piel
fundida en la mía.

Y al beberte siento
que crece mi sed,
de beber tus labios,
de beberte a ti;

Y despliego mis alas
por volar al cielo,
sólo que mi cielo,
mi cielo está en ti.

Mas que Palabras

¿Cómo explicarte
que las palabras
para vestirte
aún no han nacido
ni nacerán?

¿Cómo decirte
que sólo el alba
de tu mirada
da vida al día
en mi corazón?

¿Cómo extender
sobre un papel
la suave seda
que ata con fuerza
mi vida a ti?

Que sean mis ojos
los que te vistan
de miradas plenas
y devoción.

Que sean mis dedos
quienes enciendan
en tu piel el alba
de tu mirar.

Que hilen mis labios
sobre los tuyos
hilos de plata
en tu corazón.

Se acerca el Invierno

Lo siento, lo tiemblo,
se acerca el invierno,
con sus garras de hielo
arrasando mi piel.

Deslizo
mi corazón
bajo tus sueños,

por sentir,

el calor
de tu mirada
en mi interior,

el sabor
de tu sonrisa
radiante,

los besos tiernos
que sólo tu
puedes darme.

Quisiera
envolver mi piel
con tus caricias,

por sentir,

la luz
de entre tus dedos
brotando en mi,

en el mar
de tus ojos
bañarme,

y en la orilla
de tu vida
Encontrarte.

Lo siento, lo tiemblo,
se acerca el invierno,
y tu piel es el refugio
al que debo ir.

Deslizo
mis labios dulces
entre tus besos,

por sentir,

que ni el viento
ni el largo invierno
me robarán,

lo que tus ojos
tejen en mi alma
con tus sonrisas,

ni el manto cálido
de luz azul
de tu mirar.

Entre los pliegues
del tiempo guardo
el que me regalas,

por sentir,

que nace el Sol
en cada latido
de tu mirar,

que las tormentas
me son ajenas
yendo a tu lado,

que de tu mano
el invierno es solo
un día gris.