Salté el abismo
hacia tu risa,
salté deprisa
sin preguntar,
si era a mi
a quien se abría
esa sonrisa
de par en par.
Y en ese vuelo
hollé la dicha,
y en cada brillo
de tu mirar.
Nadé entre nubes,
ardí entre fuegos,
y entre tus dedos
tejí mi piel,
bebí del viento
que te rodea,
y ante tus ojos
creí nacer.
Salté deprisa,
sin preguntar
si tenía alas
para volar.