Vibra tu voz
acariciando mi oído,
y la escala de Richter
se queda pequeña
para medir
el terremoto
de mis sentidos.
Sobre las ruinas
del amanecer
los ecos delatan
al epicentro,
en mi corazón.
Vibra tu voz
acariciando mi oído,
y la escala de Richter
se queda pequeña
para medir
el terremoto
de mis sentidos.
Sobre las ruinas
del amanecer
los ecos delatan
al epicentro,
en mi corazón.